jueves, 8 de octubre de 2009

Hoy la vieja ciudad se vistió de gris, las aves cambian de melodía y los sonetos parecen mas tristes, las piedras reflejan el color del cielo, las nubes galopan como divisando las gentes que caminan presurosas. Cae un aguacero de melancolía, las distancias, las sonrisas, los árboles, los recuerdos, las costumbres, en fin la rutina, todo es un fiambre que al final de los cuentos nos convence que debemos brindar por la vida, por lo que tenemos, por los buenos sueños, que nos atrevimos a soñar. Todo sucede en la vieja ciudad, los extraños de pelo largo otra vez como ayer, como todos los días, caminaron por las calles empedradas con sus guitarras al hombro y arpegios de esperanza en los dedos melancólicos. Las evas con sus cabellos de sol, trotaron por el cerro de la cruz, esperando encontrar tierra morena fertil y latina, aquí en la vieja ciudad se discipan las froteras y los locos mas bohemios que la luna y al latir del compas patrio se oponen a encotrar la cura...

1 comentario:

  1. Estimado amigo:
    no es la 1ª vez que intento dejarte un comentario y no sé por qué razones no queda grabado. Hoy lo intento una vez más.
    Leída tu entrada, digo: Huyamos de la rutina, cada cual de la forma que más le convenga, saquemos a pasear la imaginación, disfrutemos del bonito día de lluvia, quizás tú acabes el día cantando feliz con tu guitarra y yo entre la inquietud de mis palabras prohibidas...
    Un cordial saludo!!

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